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¿y la Pandemia para qué?

 

 Hace unas semanas mi hija mayor, adolescente ella, me hizo una pregunta que  al inicio me dejó sin respuesta. Era una tarde tranquila, hasta que se me acerca  ella y me dice “Mamá ¿ y la pandemia para qué?” … y yo sin escucharla mucho le respondí automáticamente : “Ay hijita ¿por qué la Pandemia?, bueno a veces suceden cosas que no sabemos porqué suceden….”.Iba a seguir con mi respuesta, cuando ella me dice: “No mamá , no te pregunto, ¿por qué la Pandemia?, te pregunto ¿para qué?, no dices tú que las cosas siempre suceden por algo y  que de todo podemos aprender?  qué podemos aprender de la Pandemia entonces? ¿para qué nos está pasando?”. Esta vez sí la escuché atentamente,  y efectivamente me estaba devolviendo mis palabras, pero yo en ese momento no tenía que responderle, me dejó en blanco. Afortunadamente  fui salvada por la campana pues mi hijo menor nos interrumpió con una urgencia de baño, esas cosas pasan en una tribu de tres hijos con diferentes edades; mi hija mayor se distrajo en otras cosas y la pregunta nunca se retomó aquella tarde. Sin embargo, quedó rondando en mi mente sin dejarme tranquila, porque además conozco a mi hija y  sabía que  ella volvería a preguntarla.

 

Confieso que esta pregunta me paró en seco, me obligó a tener que mirar más allá de lo evidente, me confrontó con mis emociones. Estoy convencida que de las situaciones difíciles aprendemos muchísimo. Sin embargo, no siempre uno se da cuenta de este aprendizaje cuando la está viviendo, sobretodo si es tan retadora como esta Pandemia. No obstante, su pregunta no me dejaba otra salida que mirar lo que vivimos desde el lado del aprendizaje. La pregunta se convertía en una oportunidad para darle sentido al tiempo raro que vivimos.

 

Por otro lado, mientras más  pensaba en la pregunta me daba cuenta que mi hija también me estaba preguntando sobre mi manera de mirar la pandemia, sobre el lugar  en el que me estaba colocando yo respecto a esta situación, cuáles eran los aprendizajes que yo encontraba y si es que realidad podía reconocer alguno. Mi respuesta entonces se enmarcaba dentro de mi rol en la crianza .y. qué es lo que yo como madre podía dejarle respecto a la manera de afrontar una situación como la que estamos pasando. Sin duda ella, como creo que todos, necesitaba darle un significado a esto que estamos viviendo y tener herramientas para sobrellevarlo. La pregunta era una invitación a mirar esta etapa desde los recursos y la salud. No podía  entonces tomarla a la ligera.. 

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A continuación les comparto mis reflexiones a manera de carta dirigida a mi hija, por si necesitará ella volver a leerla:

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Querida Lucía, 

Quisiera poder decirte que todo lo tengo controlado, y que ya me había dado cuenta de todo lo que estoy aprendiendo con la Pandemia, pero no es así, yo también me siento enojada, frustrada, apenada, abrumada , agotada, por momentos asustada por esta situación; también quisiera que ya pasará  y no siempre se cómo sobrellevarla; también temo perder a algún amigo o familiar, temo enfermarme y me entristecen también las pérdidas. Pero también te digo hija,  que conectar con nuestra vulnerabilidad,  sentirse acechado por la muerte, reconocer  nuestras emociones auténticas y aceptar lo retadoras que son las cosas a veces, nos puede lleva a cambiar la manera de vivir la vida, es decir, si hoy estamos vivos entonces hemos de aprovechar la enormes posibilidades que me da la salud para vivir una “vida con sentido”, para decidir no solo “vivir por temor a la muerte” sino  “vivir” por amor a la vida” y buscar nuestro propósito en ella. Entonces el primer aprendizaje para mí es la posibilidad de transformar o enriquecer la relación con nosotros mismos y  la razón de estar en este mundo, de como quiero llevar a cabo mi propósito y cómo quiero vivir la vida, reconocer que saberme viva es saberme con posibilidades de acción. También aprendo a agradecer lo que soy y lo que tengo, a aceptarlos los procesos,  me percato  que podemos reponernos de las pérdidas y eso nos hace mas fuertes. Vivir desde lo esencial y buscar la vida y la belleza en lo cotidiano nos ayuda a continuar, vivir el aquí y el ahora como eterno nos ayuda a disfrutarlo mas,  e imaginar escenarios distintos y deseados contribuye a mantener viva nuestra capacidad de creación . La importancia de preocuparnos por nuestro autocuidado en todas sus dimensiones también me aparece esencial. El manejo de la incertidumbre se vuelve imprescindible para navegar por los mares de hoy. 

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Otro aprendizaje es el reconocer que no somos  todopoderosos, lo cual no quiere decir que no tengamos fuerzas para reponernos, pero reconocer nuestros reales alcances nos invita a vivir la vida con mayor humildad, nos hace ser más humanos, mas sensibles, mas respetuosos de los otros y de la naturaleza. Podemos permitirnos soltar el control, sabernos parte de un todo mayor que debemos respetar  nos  invita a  hacernos responsables de nuestra  decisiones. La vida es un campo de posibilidades y de creación.  Al reconocernos como parte de un todo mayor, y que lo que haga o deje de hacer importa; podemos enriquecer nuestra relación con la naturaleza,. Para mi ahora, la naturaleza se ha vuelto mi refugio y mi alimento, es el lugar en donde puedo reconocer belleza y vida sin esfuerzo, ahora la honro, la aprecio, la estudio, le agradezco. No hay otra manera en la que podamos prolongar nuestra vida en armonía sino es construyendo una justamente una relación de respeto y armonía con ella. 

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Otro gran aprendizaje tiene que ver con la relación con los otros, llámese familia, amigos, comunidad, sociedad, país, planeta, todos los demás que me rodean. La verdad es que me hacen falta, eso me lleva a aprovechar las relaciones de presencialidad que tengo, sin que pasen desapercibidas, me detengo y miro mas a los ojos. La vida que llevamos muchas veces nos deja poco tiempo para vivir en comunidad y  reconocer la presencia del otro y la necesidad de sentirnos cerca, acompañados y sostenidos. Ahora  la familia o el grupo de convivencia se convierte en esencial para sostenernos,  Sin duda, ahora valoro más mis relaciones interpersonales. Por otro lado, el reconocimiento del sufrimiento ajeno nos hace crecer en  empatía. Seguro tu hija estarás sintiendo más fuerte este aspecto, y no puedo decirte que no te sientas mal por eso, pero te acompaño en esto, te sostengo y te aliento a que juntas imaginemos escenarios distintos en el futuro, y que busquemos alternativas  lo que ahora hay.

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 Por ahora querida hija eso es lo que te puedo decir de los aprendizajes que encuentro, en a partir de la Pandemia; a manera de resumen puedo decir que aprendo a amar mas, agradecer mas y y disfrutar del aquí  y ahora..

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y a ti querida madre o padre ¿Qué  aprendizajes te deja la Pandemia ?

 

Te invito  a que te tomes un tiempo para reflexionar sobre esta pregunta, si acaso nos ayudará a vivir esta etapa con mayor significado.

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Shirley Documet 

Psicóloga

Terapia de Artes Expresivas

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